domingo, 21 de noviembre de 2010

Que.. ¡TE QUIERO!

No me digas nada. Simplemente, abrázame. Abrázame con todas tus fuerzas.
No me sueltes, apriétame contra tu pecho hasta que pueda escuchar los latidos de tu corazón. Me siento bien, sigue así toda la noche por favor. Hoy ha sido un día horrible y eso es lo único en el mundo que en este momento puede hacerme sentir bien. Estoy bien, a gusto y tranquila. Como nunca me había sentido y entonces... Me despierto. Tu no estas, todo ha sido un sueño, el más dulce de todos los sueños. Por un momento, esta imbécil pensó que era verdad. 
Te quiero mucho, te quiero con las mismas fuerzas con las que en ese sueño me abrazaste. 

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