domingo, 21 de noviembre de 2010

Tú, y tu absurda perfección.

Estoy cansada de tu sonrisa perfecta, de que tengas siempre las palabras adecuadas para cada momento. Cansada de que siempre estés pendiente de todo el mundo, de que todos estén bien, menos de mí. No se a que juegas, no se si es que no te importo o que verdaderamente te importo demasiado como para verme y no poder besarme. Lo único que sé es que no tengo ni idea de lo que pasa por tu mente. ¡Ah! También se otra cosa. Que lo que he dicho es mentira. Me encanta tu sonrisa, y tu maravillosa capacidad de ser tan buena persona. Porque por eso, por eso me enamoré de tí y por eso aun no he sido capaz de olvidarte. Aunque si te soy sincera, no quiero hacerlo. Sí, vale, probablemente no seas más que un sueño que nunca va a hacerse realidad, pero un sueño precioso al fin y al cabo. Y ¿quién quiere despertarse de su mejor sueño? Nadie.
Y es que una vez me dijeron que nunca, bajo ningún concepto dejase de soñar, y eso es lo que hago, soñar.




Siempre serás, el más dulce de todos mis sueños.

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